5 Sencillas reglas que necesitas saber antes de viajar en avión con tus niños

Cuando llega un bebé a la familia, muchos padres deciden olvidarse de las vacaciones por lo menos durante los siguientes 3 o 4 años. Después de todo, se cree que un vuelo puede generar un verdadero estrés para el niño, hasta llegar a dañar su frágil cuerpo.

Problema: el fuerte zumbido de las turbinas y el ruido del motor.

Solución: para minimizar la penetración de estos sonidos, puedes utilizar tapones para los oídos del tamaño adecuado.

Problema: baja humedad en el avión, lo que provoca que se seque la mucosa nasal.

Solución: lleva contigo a bordo una solución de hidratación nasal (suero fisiológico), que puedes encontrar en las farmacias en una gran variedad; de vez en cuando aplica unas gotas en la nariz del niño.

Problema: la enfermedad de movimiento que se produce en niños mayores de un año.

Solución: 30 minutos antes de despegar, el pequeño necesitará tomar un remedio especial en contra del mareo por movimiento, así como, ya a bordo del avión, puede chupar una rodaja de limón y beber agua en pequeños sorbos.

Problema: la falta de comidas especiales para niños.

Solución: primero debes encontrar en los sitios web de las compañías aéreas la lista de vuelos donde haya la opción de menú infantil y reservarlo por adelantado. Si estos servicios no están disponibles o no responden a tus necesidades, puedes llevar tus recipientes con alimentos saludables, frutos secos o frutas.

Problema: Los virus y bacterias en el aire.

Solución: Para evitar que el pequeño se enferme durante el vuelo, puedes darle algún medicamento antiviral. Consulta a tu médico o farmacéutico.

Si sigues estas sencillas recomendaciones, el vuelo no supondrá para ti y tu familia una dolorosa prueba, sino más bien una aventura agradable. Si tu hijo tiene más de 2 semanas, puedes llevarlo contigo y volar cuanto quieras: hasta 24 vuelos al año no le supondrá problema alguno.